Sin
título, 1995 (detalle). Corte de haya.
Proyecto de dibujo mural con
grafito.
Pascal Convert
En su ensayo titulado La
Demeure, La Souche: Apparentements de l’Artiste, Georges Didi-Huberman
establece una reflexión sobre la obra del artista Pascal Convert. Nos interesa
especialmente detenernos sobre la descripción que el autor hace del tocón -definido
por la Real Academia de la Lengua Española como la parte del tronco de un árbol
que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie- a partir del estudio de
los proyectos de dibujos murales con grafito de Cortes de haya de Pascal Convert.
« Lo
que el tocón del árbol repliega en sí mismo –en el juego de sus crestas, de sus
pliegues, de sus accidentes superpuestos –no es otra cosa que el tiempo excavado.
Sus propios trazos de tiempo: el
crecimiento del árbol y sus avatares intrínsecos, el secreto de sus heridas, de
sus historias de amor y de sus luchas sin piedad con el medio geológico,
biológico, meteorológico o histórico. Todos los hilos de estas historias
encontrándose en adelante recogidos en el ovillo de de las huellas y los trazos
fósiles. Aquí hay una escritura del tiempo, en la que cada línea puede ser
pensada como una frontera entre dos tiempos que se bifurcan y se cruzan sin
cesar: anillos de crecimiento siguiéndose sin parecerse porque un accidente, un
síntoma, ha venido a modificar el curso de la erosión del tiempo. (…)
El
tocón es un objeto de crecimiento
replegado trazo sobre trazo. Sus trazos son líneas de ascendencia, cuentan
linajes. Son como los algoritmos que afloran, ilegibles, de un origen y de una
extracción. El tocón, pues, es mucho más que el zócalo del árbol: da sobre todo
volumen – turgencia – a su raíz, a su matriz bisexual. Ofrece la condición de
un despliegue genealógico, emparenta
al árbol, le impone su forma de ascendencia y descendencia. Es una base de
evoluciones futuras, una condición vital de posibilidades aún desconocidas. Es
una forma sexual, una forma para el deseo, para la angustia, para el
parentesco. » [i]
La representación gráfica del tocón y el texto citado nos
sugieren esbozar tres ideas sobre el concepto de límite.
1. El
límite marcado: geometrizar un trazo
es proponer un sistema.
2. El
límite-bisagra: trazar un límite es articular un espacio.
3. El
límite capaz: habitar una línea es desocupar una forma.
El límite
marcado: geometrizar un trazo es
proponer un sistema.
¿Qué información se esconde tras el
trazo en el dibujo de Pascal Convert? Las líneas que definen el tocón describen
trayectorias arborescentes una y otra vez plegadas sobre sí mismas. Crean un
tejido de múltiples densidades que se concentran en el borde de la pieza. Nos
interesa codificar la geometría del trazo a partir de su observación, estudiar qué
parámetros intervienen en la configuración del trazo y como éstos influyen en
su recorrido, entender cómo reacciona frente a su entorno y cuáles son sus
mecanismos de respuesta.
Para describir de forma precisa y
rigurosa el tocón, se debería recurrir a un sistema relacional antes que a un
sistema métrico. Los lugares definidos por los trazos del tocón se entienden
por relaciones de vecindad, de proximidad, de alejamiento, de adherencia, de
acumulación, dicho de otro modo, de posiciones. El tocón así representado se
convierte en un territorio marcado.
En la propia naturaleza del tocón
está latente una condición temporal, visible en los anillos de crecimiento. Convert
yuxtapone en el mismo dibujo dos cortes sucesivos del tocón, desvelando el
espacio existente entre ellos: un espacio temporal, en el que el trazo adquiere
espesor. Los dos cortes de tocón son secciones
inmóviles [ii] que representan momentos estáticos de
un proceso temporal.
Determinar qué reglas permiten
pasar de una sección inmóvil a otra, es establecer las leyes de anticipación y
de crecimiento del sistema. Observar las marcas limítrofes y codificar la
geometría de los trazos es proponer un sistema.
El
límite-bisagra: trazar un límite es articular un espacio.
Si nos aproximamos desde el centro del
dibujo del tocón a sus bordes, percibimos una pérdida gradual de equilibrio
estático de la estructura y un giro hacia otro equilibrio posible, el de una
estructura que se resuelve mediante un equilibrio dinámico de fuerzas. El
límite del tocón, cuyos trazos oscilan entre un interior y un exterior, es un lugar
de intercambio que construye un espacio termodinámico.
Este espacio,
termodinámico, necesita de un observador móvil, que ocupe el espacio de modo
inestable. La mirada del observador del límite cambia en relación con su
movilidad, manteniéndolo en una posición activa, de constante descubrimiento.
El límite no se ve: se visita. [iii]
El límite del tocón posee su propio
principio de movilidad, detenta la potencialidad de convertirse en otra cosa,
de evolucionar, de crecer o disminuir. Este límite o cerco fronterizo [iv]
opera como bisagra: tiene la propiedad de girar simultáneamente hacia las
partes o cercos opuestos, de articular dichos espacios y de funcionar como red
de caminos. Trazar límites es establecer pasos mediante transferencias,
incursiones e interferencias. Pasos que invitan a pensar sobre situaciones
intermedias en movimiento, que expresan al mismo tiempo la acción de pasar a
través, el trayecto, la salida, el espacio ambiguo entre dos cosas. Un espacio
limítrofe en el que se producen las relaciones, las transiciones y las
mediaciones. Trazar un límite es articular un
espacio.
El límite
capaz: habitar una línea es desocupar una forma.
Desde el interior del límite nos
adentraremos en el campo de los juegos, de los descubrimientos y de las
conquistas. Pensaremos una arquitectura construida desde la experiencia
acumulada en los trazos. Desde el conocimiento científico y riguroso de las leyes
que regulan su configuración podremos construir sin una concepción predeterminada
de la forma, trasladando la importancia de la misma sobre el proceso que la
genera.
Una mirada desde el límite libera de
los automatismos de la imaginación, de la ilusión del punto de vista único y de
su inmovilidad, perforando y transparentando nuevas realidades, recorriendo el
espacio. La velocidad y el movimiento producen un cambio en la mirada: una
percepción parcial y desenfocada, múltiple y superpuesta, centrífuga.
El
explorador del límite no actúa desde la seguridad del resultado, su objetivo es
desafiar cada obstáculo con vistas a superarlo y recorrer nuevos caminos más
inseguros -pero también más productivos- en relación con la creatividad. Lo
rápido produce deseo de detalle, ampliación o aumento desde la imaginación para
suplir la capacidad real de englobar una realidad fragmentada.
Habitando el límite construiremos
estrategias desvinculadas de formas establecidas, encontraremos arquitecturas que
desocupan formas.[v]
[i]
DIDI–HUBERMAN, Georges. La demeure, La
souche: Apparentements de l’artiste. Paris: Les Éditions de Minuit, Série «
Fable du lieu », 1999. p. 157-158. ISBN 978-2-7073-1681-3. Traducción a cargo
del autor.
[ii] Henry Bergson, en su obra Matière et
mémoire (1896), expone que no se puede reconstituir un movimiento con
posiciones en el espacio o instantes en el tiempo: es decir, con secciones
inmóviles. Solamente se puede obtener esta reconstitución añadiendo a las
posiciones, o a los instantes, la idea abstracta de sucesión, de tiempo
mecánico, homogéneo, universal, idéntico para todo movimiento.
[iii] Michel Serres, en el
capítulo Prolongements de Atlas (1994), reflexiona sobre como el desplazamiento modifica el espacio
percibido, y establece una diferencia entre el ver -asociado a un observador
inmóvil- y el visitar, que demanda una percepción en movimiento.
[iv] Eugenio Trías (1942)
reflexiona sobre la noción de límite, resaltando un sentido positivo, para
construir su filosofía del límite.
Los espacios que articula el límite son denominados por Trías como cerco del
aparecer, cerco hermético y cerco fronterizo. Entre el cerco del aparecer y el hermético se sitúa el cerco fronterizo; el límite que
–a manera de intersticio, en sentido positivo, como limes– es concebido como un espacio susceptible de
ser habitado.
[v] Este escrito es el resultado
de una serie de conversaciones mantenidas con Ophélie Herranz Lespagnol.